31/1/11

"En un año River va a volar"

El capitán apuesta por un gran futuro sin olvidar el presente: dice que son los seis meses más importantes de la historia del club. El Superclásico, los pubes, su retiro, el estilo y un desafío: "Yo juego para salir campeón".

Pensar que hace 19 años hice mi primera pretemporada también en Mar del Plata. ¡Qué loco, no! Y ahora todas las mañanas, desde la habitación, veía la Base Naval donde me entrené aquella vez.

-¿Notaste alguna diferencia entre esas dos pretemporadas? -Sí, no sé qué tendrá la arena, pero cada vez pesa más, ja.

-Igual la llevaste bien.

-Traté de hacerla lo mejor posible. Por mi edad he tenido algunos trabajos especiales, y a veces me sacaron antes de que terminaran las prácticas. Aun así estoy conforme.

-Volviste con una sensación de optimismo después de tantos días en Mar del Plata. ¿Por qué? -Considero que todo se dio de manera positiva, salvo la lesión de los ligamentos cruzados del chico Franco Iberra y el problema de Carri en el tobillo.

-¿Lo de Carrizo terminó eclipsando el trabajo? -Son esas cosas que, entre comillas, pasan por algo. Lo bueno es que tendrá tiempo para volver en el campeoanato y luego seguir su carrera con absoluta normalidad.

-¿El grupo sintió mucho el golpe? Y... Carri es de esos jugadores que son importantes adentro y afuera de la cancha. Adentro es uno de los mejores, no sé por qué no está en la Selección. Y afuera es positivo: en estos días siguió cerca del plantel y no dejó de estar con nosotros.

-¿Pensás que es necesario traer a otro arquero? -Estamos bien cubiertos con los dos chicos (Chichizola y Marinelli) y con el Indio (Vega).

-¿Cómo lo viste a Chichizola con Estudiantes? -Bien, seguro... Es uno de los jóvenes con futuro y lo apoyamos como a cualquier compañero que le toca jugar.

-¿No te quedó cierta preo- cupación por lo que dejaron los primeros tres partidos del año? -Como dice la palabra, los partidos de pretemporada son de preparación. A veces digo “qué raro es todo”, pero se siguen haciendo. La gente paga para ver un espectáculo y es imposible que salga bueno. Los físicos no se encuentran de la mejor manera, tenés que ganar... Es algo complicado.

-¿Insistís con la idea de que estos superclásicos no son importantes? -No, lo que no es tan importante es el resultado y eso que yo con Boca no quiero perder ni a la bolita. Los River-Boca son una alegría para la gente, para nosotros, pero el hecho de perder no significa mucho. A nosotros nos quedan otras 19 finales y cuando no nos podremos equivocar es a partir del 13 de febrero.

-¿Entonces? -Uno como hincha no quiere perder a nada. Aunque la realidad es que nos estamos entrenando para afrontar los seis meses más importantes de la historia de River.

-¿Los más importantes de la historia? -Sí, porque en este tiempo el club llegó a una situación económica que nunca había sufrido. En este tiempo, además, hubo que poner a un montón de chicos que debieron quemar etapas. Y en este tiempo nos corrió el promedio. Pero esto es fútbol. Y en el fútbol hay que poner el pecho, y más en momentos así.

-¿Ya entendiste cómo se sacan los promedios? -Sí, hay que sumar. Bah, no. Igual lo sacan ustedes casi todos los días. Yo lo leo en el diario.

-Habrás notado que salieron de la Promoción.

-Estamos un poco más tranquilos. Pero si nos relajamos, nos puede jugar en contra. Todavía no encontramos lo que queremos y en los primeros partidos del Clausura enfrentamos a rivales directos. Es fundamental arrancar bien.

-¿Y para qué está River? -Para pelear arriba. No me imagino arrancando mal. El tiempo es cada vez más corto y debemos salir de donde estamos.

-Se habló mucho del objetivo de los 30 puntos en cada campeonato. ¿El hincha se debe ilusionar sólo con eso? -Yo juego para salir campeón y no para sumar los 30 puntos. Aunque también sabemos que si perdemos dos o tres partidos, volvemos a mirar la otra tabla. Esto es así.

-Pensando en el superclásico, hay un gran contraste en materia de contrataciones: Boca trajo casi todo lo que pidió Falcioni y River casi nada.

-Sí. Boca fue el equipo que mejor incorporó. Pero considero que River tiene uno de los mejores planteles del fútbol argentino, más allá de los jóvenes.

-¿Te gusta el estilo que impone Falcioni? -Es un técnico relativamente nuevo que ha conseguido cosas importantes en otros clubes. Y por lo que se vio hasta ahora, Boca está más aguerrido que antes. Pero como te dije recién, todos estamos en pretemporada.

-¿A ustedes les hacen falta refuerzos? -Por suerte no hemos tenido un gran recambio. Más allá de que es posible esperar por una incorporación de nombre, como lo requiere la historia, el hecho de sostener una idea puede ser bueno.

-¿Volvieron a creer en ustedes? -El cambio se va dando lentamente, igual que a nivel sociedad. No nos podemos permitir subir tres escalones y luego bajar cuatro. Por suerte, estamos cerca de sacar a River del lugar que tanto incomoda.

-Eso hasta implica modificar el estilo.

-A veces tenemos poca memoria cuando hablamos de estilo. Realmente no sé cuál es el estilo de River, de Boca, de Estudiantes, de Vélez. Creo que el fútbol se juega a ganar. Ahora se habla mucho del nuevo estilo de Juan. Se dice que es defensivo. Habría que recordar que en la segunda Libertadores que consiguió River, en el 96, se jugaba de una manera de local y otra de visitante.

-¿Decís que hay que adaptarse a la coyuntura que toca? -El momento de River es difícil, y entonces si ponés un solo punta se arma una polémica. Ojo, eso no significa que seas defensivo. Estamos trabajando para presionar más arriba.

-Hace pocos días, Carrizo marcaba que no importa ser mezquino si hay que cerrar un partido.

-Es que el equipo que no cierra un partido, lo empata o lo pierde. En un fútbol tan parejo, la realidad es que los partidos están siempre abiertos.

-¿Pero no advertís otra manera de jugar? -Hoy en día la mayoría de los equipos plantea el 4-4-2, y así salieron campeones. Vélez y Godoy Cruz son los que mejor fútbol proponen. Y nosotros nos caracterizamos por ir a buscar los partidos, es lo que intentamos. De hecho, en el último campeonato fueron pocos los que vinieron a atacarnos a la cancha de River. A nosotros nos faltaron cinco o seis goles para pelear bien arriba.

-¿Y esa carencia se suple con experiencia? -Creo que uno tiene que mirar el presente. Y el presente dice que River está lleno de jóvenes...

-¿O sea que hay futuro? -Se están sacando nuevamente muchos chicos de las Inferiores. Varios ya son conocidos: Pereyra, Lanzini, Keko (Villalva), Lamela... Hace un tiempo decía que en un año y medio iba a haber un equipazo, porque estos pibes están aprendiendo a jugar con presión. Ahora digo que en un año River va a volar. El técnico que esté en ese momento lo va a disfrutar.

-Quizás ese técnico se llame Matías Almeyda.

-Ojalá que siga Juan y que aproveche lo que está haciendo ahora.

-En Salta, en el último invierno, copiabas los trabajos de Cappa...

-(Interrumpe) Y ahora anoto los de Jota Jota. Siempre grabo, escribo, recuerdo. El día de mañana trataré de imitar las cosas buenas y de borrar las malas.

-¿De quién tendrás más cosas para copiar? -En el arranque me marcaron Passarella, Gallego y Sabella. En Europa, Eriksson, Arrigo Sacchi y Zaccheroni. Tuve a Bielsa, uno de los mejores. Y en mi regreso me enconté con Astrada, Gorosito y Angel, uno de los últimos formadores del fútbol como también lo es Jota Jota.

-¿Cómo van a jugar tus equipos? -Dependerá de los futbolistas. Hablar es fácil, pero llevar lo que uno desea al campo de juego es más complicado. Creo en el trabajo y en la honestidad.

-Por el momento, ya te sacaron a varios de tus posibles colaboradores, como Markic que se fue con Arruabarrena a trabajar en Tigre.

-Me los están robando, ja. Pero está todo hablado. Aparte nadie me asegura que voy a tomar un equipo apenas deje de jugar. Por ahora sigo pensando en River y en este proyecto en el que tanto creo.

-¿Jota Jota te consulta mucho? -Jota Jota viene de la escuela de las de antes, y le da valor a esta camiseta. Somos todos hijos de un club y en eso hay un sentimiento especial... Por ahí me habla porque soy de los más grandes, pero nunca me metí en ningún tipo de decisión. No me permitiría jamás decir esto o aquello del armado del equipo.

-¿Y tampoco opinar algo puntual con respecto a los planteos? -Más que nada me pide un parecer sobre cómo veo los movimientos desde adentro. Pero es lo mismo que les pregunta a los defensores, a los delanteros... A todos.

-¿A los líderes? -No creo en los líderes. En un grupo debe haber gente que tire para un mismo lado, y es lo que pasa en este River. No es que uno tiene que marcar un camino como si fuera un dictador. Para nada.

-La pregunta tiene que ver con el papel que ocupás para los chicos junto con Carrizo y Ferrari.

-Quizá somos los que más experiencia tenemos. Por eso les podemos contar nuestras experiencias, nada más.

-Se nota que permanentemente te consultan.

-No, no sé quién está capacitado en el mundo para dar consejos. Yo creo en el diálogo y en el respeto. En el respeto al utilero, al mozo, a la gente... Haber hecho una larga carrera no me da ninguna ventaja. Los líderes del fútbol argentino creen que están tres escalones por arriba del resto del plantel. En River eso no pasa. No me va eso de tratar a los pibes como pibes. Acá opinan todos.

-¿Quién debe tomar las riendas en la cancha? -En este club siempre lo han hecho los que saben. Y ahora hay un futuro crack como Lamela. También está Lanzini. Si bien no tenemos esa clase de líderes por historia, ellos se pueden convertir en un tiempo si es que los ayudamos. Tienen la característica y la calidad, lo único que les falta es tiempo.

-¿Y se está formando el sucesor de Almeyda? -Cirigliano es uno de los futuros volante centrales. Y también Quignón.

-¿Y Acevedo? -Walter es un cinco que crea fútbol, con claridad, con pegada. En lo técnico es uno de los mejores mediocampistas que hay.

-¿Extrañás a Ortega? -A Ariel lo vamos a extrañar siempre. No me voy a cansar de decir que es muy especial. Cuando está bien, transmite alegría. Repito: tengo una relación especial con él. Mientras sea feliz, todo bien. Yo no profundizo en otros temas. Le deseo lo mejor.

-¿Seguís pensando en organizarle su partido homenaje? -Sí. Le ha dado mucho al fútbol argentino, a la Selección y por supuesto a River. Debe tener la despedida que se merece.

-¿Y vos ya estás elaborando tu retiro? -Sí, voy dos veces por semana a una psicóloga.

-¿Fue dura la pretemporada sin ir a terapia? -Creí que me iba a costar, pero llegué bastante bien. Ahora debo arrancar de nuevo. No puedo abandonar, ja.

-¿Te sentís más preparado ahora que en tu anterior retiro? -Es posible. Igual, me va a costar. A medida que se acortan los plazos, disfruto el fútbol plenamente. Sé muy bien que pronto se terminará.

-¿Deberás ir más seguido al diván? -No, si llego a ir más de dos veces por semana será porque me estarán por encerrar, ja ja.

-¿Está claro que no te van a encerrar? -Por suerte ahora tengo claro que debo seguir ligado al fútbol. Necesito esa adrenalina, competir, estar. No quiero volver a hacerme daño ni pasar la pesadilla que ya pasé cuando me retiré antes.

-El fútbol te volvió a dar la felicidad...

-Si bien siempre he sido feliz, cuando dejé el fútbol entré en un estado depresivo que me hizo mal. Y al sentir que no servía para nada, mi felicidad sólo duraba por momentos. Pude ser egoísta. Me dolía verme triste frente a mis hijas y mi familia.

-¿El retiro puede llegar en julio o en diciembre? -El cuerpo es sabio, ja.

-¿Hoy dudás? -No me gusta prometer nada porque a veces cambio de opinión.

-¿Cambiás muchas veces de opinión? -No sé. Sigo lo que me dicta el corazón. Si mañana me levanto y considero que algo no me gusta, lo dejo. No quiero traicionar mis sentimientos. Ahí sí te convertís en un infeliz.

-¿Te ayudó conocer la historia de los samurai? -Sí, por supuesto. Eso me ayudó muchísimo.

-¿A qué edad se retiraban ellos? -No sé. Lo hacían hasta que podían, después se quitaban la vida solos...

-Es triste eso.

-Son leyendas...

-¿A tus compañeros les hablás de esta filosofía de vida? -Sí, y se me cagan de risa, ja. Siempre les recomiendo que miren la película “El Ultimo Samurai”. Yo creo que la vi más de 20 veces. De hecho, a Mar del Plata me llevé dos libros de los samurai.

-¿Y? -Leí como tres páginas.

-Porque estuviste muy ocupado, ¿no? -Porque dormí bastante. ¡Cómo voy a extrañar esas siestas ahora!

-Pero sí entrenaste como un samurai.

-Sí, es cierto, me entrené como un samuari. Fue duro... Aunque es difícil vivir como ellos. Eran nobles, puros y morían dignamente.

-¿Es posible ser así en un ambiente como el fútbol? -En algunas cosas me considero puro, aunque la pureza entre nosotros no existe. Lucho por ello, no siempre se puede. Depende de cada uno. Depende de lo que se quiera lograr en cada actividad...

-¿Qué te falta lograr? -Un campeonato me encantaría. Sería una alegría. Ya tuve la suerte de dar vueltas olímpicas con River en otro momento. Esta sería impresionante.

-Hace poco dijiste que tenías la deuda de meter otro gol.

-Sí, pero qué importa. Si se da el título, después pateo con el arco vacío.

Fuente: Diario Olé

23/1/11

Esta vez, el Pelado no pudo contra todos

Almeyda sufrió la falta de compañia para bancar el mediocampo y poco pudo hacer para frenar a un Boca que encaró por todos los flancos. Así, el capitán de River también fue pura impotencia y descargó su calentura con una fuerte patada a Palermo y un pelotazo a la tribuna. Dicho sea de paso, ¿hasta cuándo jugará Ballón?

Acostumbrado a copar la mitad del terreno de juego, a Matías Almeyda le fue imposible digerir la facilidad con la que Boca se adueñó del mediocampo desde el inicio del encuentro. Entonces, poco a poco fue perdiendo el control y la paciencia, hasta contagiarse del nerviosismo que reinó en el equipo de Juan José López durante gran parte del partido.

Así lo demostró el propio capitán a los 23 minutos de juego, cuando sacudió a un Martín Palermo que había bajado a recuperar la pelota e intentó escaparse a puro firulete. Ahí nomás, el Pelado le pegó una patada desde atrás que terminó con el goleador de Boca con un fuerte golpe en el tobillo derecho y con el ídolo millonario amonestado desde muy temprano.

Para colmo de males, a los 31, en su intención por encontrar la igualdad antes de que finalizara el primer tiempo, Almeyda se apresuró al salir del fondo y regaló una pelota crucial en el círculo central, que derivó en el 2-0 de Boca. Un golpe de KO que terminó por significar la victoria xeneize en Mar del Plata y por condicionar la actuación del líder riverplatense.

Es que a partir de ahí, el Pelado no pudo hacer pie en el mediocampo y su papel se siguió desdibujando con el correr de los minutos. En el complemento, aportó poco en la marca (¿cómo hacerlo con Ballón como dupla central?) y apenas intentó sorprender improvisando algunos remates de media y larga distancia. Pero así tampoco tuvo suerte y, ya harto de un partido completamente adverso para La Banda, descargó su bronca reventando una pelota que había quedado boyando en el campo de Boca. A pura impotencia, sí, como la de todo River.

Fuente: cariverplate.com

16/1/11

Almeyda y vida

El Pelado disfruta de la que, según él, puede ser su última pretemporada. Con 37 años se banca toda la exigencia y hasta a los pibes les cuesta seguirle el ritmo. Un ejemplo.

Primer acto: Matías Almeyda pechea a Ferrari para superarlo en una carrera a toda velocidad sobre un médano.

Segundo acto: Matías Almeyda no deja que ninguno de los compañeros de su grupo lo pase en el trabajo aeróbico.

Tercer acto: Matías Almeyda se molesta con Olé porque leyó al pasar una información sobre “una práctica un poco más liviana”.

¿Cómo se llama la obra, que no tiene nada que ver con la cartelera marplatense de los Winograd y compañía? Al Pelado no le gana nadie... Nadie puede creer la manera en la que se viene entrenando. Los 37 años del documento no se condicen con lo que se observa en la empiria, ni con lo que advierte este amante de la filosofía samurai: “Puede ser mi última pretemporada, por eso la vivo así”. ¿Puede? En la arena, en el césped, sobre las cuestas o en la cancha de Kimberley, lo mismo da, Almeyda cumple con las exigencias como los peladitos (o rapaditos bautizados) que se acaban de sumar al plantel. Sus únicas prerrogativas, a veces, surgen cuando se le permite no realizar las dos pasadas finales de 400 metros. “Es un privilegiado en lo físico. Pero, encima, es un monstruo en lo mental. De esa manera logra lo que a su edad resulta difícil para todos”, lo elogia el profe Alejandro Frega. Aunque después de este dulce, lógico y real, ya le prepara el plan para la próxima práctica.

Resulta más común encontrar a un perro verde que a un futbolista que disfruta de una pretemporada. Almeyda no es ni perro ni verde. Pero que se apasiona por lo que realiza en esta etapa de acondicionamiento, no hay dudas. “Hacía 19 años que no corría en la arena, está pesada, eh”, se ríe el Pelado, como se ríe cuando se queda sin oxígeno o como se ríe cuando tira a sus compañeros al mar. “Además, algo que no todos valoran, siempre digo que estos momentos de concentración sirven para unir a los muchachos”. Y para mojarlos, también.

Quien dijo que “hay que pensar en pelear por algo, si no hay que sacarse esta camiseta”, encabeza el grupo tres en los ejercicios aeróbicos. Es el que les marca el paso al resto de sus compañeros. Una metáfora de lo que pretende Juan José López, sobre todo tras el affaire Ortega, fuera de la cancha. “Matías es un ejemplo de vida, es un ejemplo de deportista y es un ejemplo a seguir por todos”, repite el DT.


Y la vida de Almeyda, cuando los entrenamientos le dan respiro, transcurren en alguna mesa del lobby del Costa Galana o en la habitación que tiene, por nombre e historia, en exclusividad. Otra rutina del Pelado: salir a la vereda del hotel a sacarse fotos con los hinchas que lo adoran. Hoy es el más ídolo aunque no lo acepte o no se sienta en ese escalón. En ese tiempo libre posiblemente piense (o desee) en el final de esta etapa de sudores y contracturas. No debe ser fácil. ¿Podrá mantener la motivación en ese nivel? ¿Aguantará estar concentrado y lejos de su familia? ¿Soportará la abstinencia de terapia tras haber reconocido que necesita dos sesiones de psicoanálisis por semana? Las respuestas: tres veces sí. El Pelado sabe que el fútbol es hoy. En el futuro cercano ya no tendrá que correr, ni pasar por el gimnasio, ni hacer triples turnos por obligación. Lo espera el técnico, el que haga transpirar al resto. Hoy, mientras tanto, les quiere ganar a todos...

Fuente: Diario Olé

13/1/11

"No me detengo a pensar si soy ídolo"

Matías Almeyda está contento con la pretemporada en Mar del Plata y aseguró no le preocupa analizar qué lugar ocupa en la historia de River. Además, confía en que el equipo sea protagonista del campeonato en el Torneo Clausura.

Es ídolo y las pruebas están a la vista de todos los fanáticos millonarios. A pesar de que el Pelado mantiene la humildad de siempre y la cuota enorme de agradecimiento por vestir los colores de River con 37 años, larga inactividad incluida antes de su arribo, los hinchas le dieron motivos suficientes para sentirse un símbolo que quedará grabado, pero él lo toma en paz: "No me detengo a pensar si soy ídolo, me da igual. Disfruto del día a día y del cariño de la gente, no pienso en el futuro".

Compenetrado en la preparación física y futbolística, Almeyda contó cómo se lleva con las tareas que ordena el PF Alejandro Frega. "Hacía 19 años que no corría en la arena, está pesada, pero creo que está bueno. Además, la pretemporada sirve para formar el grupo y unirlo", aseguró, y transmitió su idea sobre el asunto: "Físicamente, todos los equipos iguales. Hay poca diferencia porque los profesores están aggiornados, sobre todo con campeonatos cortos".

En declaraciones a TyC Sports, el volante central -y capitán definitivo con la salida de Ariel Ortega- analizó las posibilidades del plantel que conduce Juan José López y expresó el entusiasmo que siente: "Yo tengo fe. Creo que River es un equipo para salir de la zona en la que está y puede estar en el lote de arriba, ésa tiene que ser la mentalidad para alguien que se pone esta camiseta. Hay que repetir lo mismo del campeonato pasado, mejorando algunas cosas".

Fuente: riverplate.com

"Ortega se merece un partido despedida en River"

"Nunca me meto en las decisiones ni del presidente ni del técnico. Con respecto a la situación de Ariel, le deseo de todo corazón que le vaya bien. Lo conozco desde los 15 años y siempre dije que mientras lo viera contento, yo estaría feliz. Cada uno vive la vida que quiere", sostuvo Almeyda en declaraciones a TyC Sports.

A los 37 años, Almeyda vuelve a encontrarse realizando otra pretemporada más, con la misma ilusión de siempre y con confianza en el equipo.

"Con un poquito más de trabajo que realizaremos en esta pretemporada, este equipo está para salir de la zona de abajo en los promedios y para estar en el lote de los de arriba que pelean por el campeonato. Tengo confianza”, subrayó.

También agradeció la confianza de los dirigentes para continuar en el club, aunque advirtió que todavía no llegó a un arreglo económico. "Para mí era importante que me llamaran los dirigentes para confirmarme que siguiera. Conozco la situación en la que está el club, no iba a ponerme a pelear por la parte económica", explicó.

"Que el club arregle otras situaciones, yo puedo esperar. Prefiero que cobren otros muchachos que lo necesitan más. En algún momento sé que voy a cobrar”, agregó.

Por último, sobre su futuro como entrenador contó que "no hubo un llamado de otro club para ser técnico".

"El sueño de ser entrenador de River no me la va a sacar nadie”, concluyó.

Fuente: riverplate.com

6/1/11

"El que no quiera pelear cosas importantes, se tiene que ir"

Almeyda le mandó un mensaje al que lo quiera escuchar, evitó opinar de Ortega y, guerrero viejo, arengó: “Lo importante es que se mantengan las ganas de luchar”.

La palabra “grupo” se repitió varias veces durante la charla. No fue casual que Matías Almeyda hiciera tanto hincapié en la unión del plantel en un Monumental que no cobijó a Ortega pero sí lo ecos de los reclamos de Buonanotte. El Pelado sabe cómo llegar, dónde pegar. Y lo hizo a su manera: “El que se pone esta camiseta y no tiene en mente pelear cosas importantes, se la tiene que sacar e irse a otro club”, disparó desde su rol de referente. No mencionó apellidos. Pero su mensaje igual llegó a destino...

Matías fue uno de los últimos en irse. Porque después del final del entrenamiento que marcó el reencuentro, se quedó en la cancha hablando con Jota Jota López y Juan Pablo Carrizo durante un rato largo. Apenas se abrió la puerta del vestuario, recorrió unos metros por el pasillo y quedó frente a las cámaras. Sonrió y saludó por la llegada del 2011, hasta que un periodista le preguntó al pasar: “¿Hablamos de Ortega?”. Ahí, Almeyda, con un gesto cómplice, contestó un pícaro “me tengo que ir rápido”. Aunque se quedó. Y, zorro viejo, apuntó para otro lado. “Queremos seguir en la misma línea que tuvimos en el final del torneo pasado. La idea es hacer una buena pretemporada para ser protagonistas en este campeonato también”.

En ese objetivo coincide con Jota Jota. En el de hacer “31 ó 32 puntos”, no tanto. “Ganar para salir de donde estamos nos va a ayudar a pelear el campeonato. Si hubiéramos sumado en tres partidos fundamentales, al Apertura lo habríamos peleado hasta el final. Ahora habrá que mejorar lo que no hicimos bien. Y seguir con el rumbo que encontramos en las últimas fechas”, sostuvo. Y hasta se puso en la cabeza que a los 37 tendrá que correr como un loco cerca del mar. “Esta pretemporada va a ser diferente. La táctica que usa Juan es otra y eso requiere que físicamente el equipo tenga que trabajar un poco más”. Y si hay que picar, levantar pesas, encarar las dunas o tirarse en la arena, ahí estarán él y su vincha.

Entusiasmado por el comienzo de otro año en actividad (“y pensar que a los 30 estaba retirado...”, recordó), el Pelado reiteró su satisfacción por la ratificación de Jota Jota como sucesor de Cappa: “Muchos cambios tan rápido no son buenos y lo mejor fue darle la confianza a este cuerpo técnico. Fue una decisión acertada. Nosotros nos sentimos cómodos con ellos y estamos con ganas de seguir aprendiendo”.

GPS de los más jóvenes y líder de peso ante los más experimentados, Almeyda sacó pecho por sus compañeros: “Este es un grupo muy unido. Lo importante es que siga así y mantenga las ganas de luchar”. El que no las tenga, sabe lo que debe hacer.

Fuente: Diario Olé