El nacido en Azul realizó las inferiores en Núñez y, luego del debut, brilló en el mediocampo. La década del '90 lo vio crecer y afianzarse en la mitad de la cancha junto a Enzo Francescoli, Marcelo Salas, Ariel Ortega, Marcelo Gallardo, Leonardo Astrada, Ariel Ortega, entre otros. Fue clave para la obtención de la Copa Libertadores en 1996, año en el que también formó parte del plantel que obtuvo el Apertura. Brillantes fueron sus actuaciones en River, en la Selección Nacional y en Europa, donde vistió la camiseta del Sevilla (vendido por una cifra millonaria), Lazio, Parma, Inter y Brescia.
En 2004 regresó a Argentina, a Quilmes. En 2006 volvió a irse del país: lo esperaba Noruega. Tres años más tarde, River Plate. El 30 de agosto de 2009 (en el 4 a 3 ante Chacarita) retornó al club de sus amores, sintió nuevamente la Banda sobre el pecho, a la hinchada aclamarlo y vibró con el Monumental. Tras cuatro años retirado, Almeyda volvió a escribir historia en Núñez. En una nota realizada en 2011, dijo no recordar mucho lo que sintió en su debut oficial, por el '92, "pero el día que volví a la actividad recuerdo todo: miraba a la gente en las tribunas, el cielo... Fue muy profundo, estaba lleno de sentimientos".
Pasaron 20 años. Ese chico que jugaba por un kilo de naranjas en su pueblo natal hoy tiene 38. Supo alcanzar la gloria: tres torneos Apertura con River, tres Copas de Italia, dos Supercopas, Recopa y Liga italiana. Libertadores, medalla plateada en los Juegos Olímpicos de Atenas. Dos participaciones en Copas del Mundo.
Dos décadas de máxima entrega por los colores, por el Club, por la camiseta. Hoy, la familia millonaria tiene el orgullo de contar con el ídolo, Matías Almeyda, como DT. Hoy, a 20 años de su debut en la Primera. Gracias por todo Pelado.
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