24/6/12

River Vuelve: Almeyda cumplió el objetivo

Ascendió River. ¿Cuál era el objetivo? –volver a primera lo más rápido posible-. Es verdad, muchos se imaginaban al equipo dirigido por Matías Almeyda ya ascendido hace cuatro o cinco fechas, pero el nivel de Quilmes, Rosario Central e Instituto sorprendió a todos, porque le pelearon cabeza a cabeza a uno de los equipos más grandes del país.







Millonario nunca llegó a ser un equipo, nunca encontró identidad, y en un solo partido, de los 37 jugados, fue superior al rival los noventa minutos, cuando le hizo siete goles a Atlanta. River siempre generó dudas, fue un conjunto de individualidades. Defensivamente estuvo siempre a la altura de un equipo de segunda división, pero en ofensiva tiene nombres que pueden ganar partidos solos.
Con el resultado puesto y el objetivo cumplido sigo buscando argumentos para defender a Almeyda, porque él fue quien se hizo cargo de este fierro caliente, del que muchos decían que querían agarrar, pero sin embargo estuvieron lejos de acercarse a River para ayudar en el peor momento de su historia. De la boca para afuera son todos hinchas, salvadores y demás, pero yo me quedo con los que dan la cara.
En este caso Almeyda la dio. Quizás prejuzgado, por ser allegado a Daniel Passarella, pero sin estar preparado y cuando había declarado que tenía ganas de seguir jugando decidió cargarse la mochila más pesada del planeta. El Pelado se hizo cargo del grupo de jugadores que mandaron a River ala B, porque otros se fueron, algunos se borraron, y con pibes tuvo que salir a la guerra. Por suerte para él aparecieron los Cavenaghi, Domiguez, Ponzio y Trezeguet, quienes están a la misma altura de él, porque estaban para cosas más importantes que jugar en la segunda división del fútbol argentino.
Almeyda se tiene que quedar a vivir en River, porque Almeyda es River. La falta de experiencia y la presión lo llevaron a cometer errores graves en lo futbolístico, pero sin embargo, 363 días después el Millo volvió a primera, y el Pelado fue el conductor del grupo que logró el ascenso.
Quizás no estaba preparado para ser entrenador, quizás ni siquiera quería, pero cuando hubo que poner la cara puso la otra mejilla. El Pelado no fue el técnico que descendió a River, fue el que lo puso en el lugar que le corresponde, de donde nunca se debería haber ido. Almeyda no vació a River, esos fueron otros. Almeyda no es culpable de estos doce meses de dolor y furia. Porque si no fuera por los otros, por los que estuvieron antes, esto no hubiera pasado y quizás el pelado todavía estaría jugando.
“Ascendió River”, es el título de todos los diarios, es igual de doloroso que “el volvió a primera”.Duele la realidad, porque River dejó de ser, pero no es culpa de Almeyda. Si el Pelado tuvo espalda para bancarse el peor momento de la historia del club, le sobra para dirigirlo en primera.
Yo me imagino y me ilusiono con Almeyda en River y con el Millo campeón en primera, porque se lo merece. Porque él fue el que estuvo ahí, sin estar preparado, quizás porque lo pusieron, pero aceptó y se hizo cargo. Nadie le armó el equipo, nadie decidió por él y no le tembló el pulso para sacar a Dominguez o a Trezeguet, aunque algunos le discuten que debería haber dejado afuera a Cavenaghi.  ¿Saben por qué no lo hizo?, porque Cavenaghi era el capitán, el líder positivo, el jugador que él había elegido para representar al grupo, porque era el emblema de River. Ya demostró con hechos que no va a tener miedo de borrar a ninguno cuando haya que pensar en el campeonato de primera.
Quizás se vaya, quizás se quede, pero si hablamos de merecimientos, hoy por hoy, él único entrenador que merece el banco de suplentes de River es Matías Almeyda. A veces pensó como jugador, en muchas ocasiones actuó con el corazón, se equivocó y lo admitió, pero nunca se bajó del barco. Cumplió el objetivo, el hincha quería ascender, no importaba como. Ahora, con el diario del lunes, déjenlo trabajar tranquilo.

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