Este lo lleva en la sangre

Almeyda está a full con la recuperación. Usaron su propia sangre para favorecer la cicatrización y hasta hay optimismo para que pueda volver antes de lo previsto.

Se lo ve ahí, a lo lejos y ajeno a la pelota, caminando como puede con esa férula que le cubre toda la pierna izquierda y su andar se asemeja al de Robocop. Pero no. Por más que su vuelta al fútbol tras cuatro años parado exceda a los parámetros normales de un ser humano, Matías Almeyda demostró que sus movimientos no son para nada robotizados, que se maneja y juega con lo que dictan sus sentimientos y lo que tira la sangre. Y esa sangre, justamente, es también la que lo ayuda en este inicio de su recuperación del desgarro en el bíceps femoral izquierdo y la distensión capsular posterior de la rodilla.

El Pelado llegó tempranito al predio de Ezeiza y acompañado por un amigo, ya que él todavía no puede conducir. Le extrajeron sangre, la centrifugaron y se le aplicaron las plaquetas en la zona de la lesión. Eso no adelantaría los tiempos, aunque sí favorece la cicatrización en un hombre que, a los 36 años, ya no goza de la frescura física de un pibe. Sin embargo, Matías muestra las ganas de un novato. Y por eso, a diferencia del resto del plantel, trabaja doble turno. En estos primeros días, los kinesiólogos Alvarez y Loyarte se turnan para ir hasta el complejo del Pelado porque allá hay comodidades para seguir con el tratamiento, pero cuando Almeyda pueda moverse con mayor facilidad, lo continuarán en River.

La rutina dice que la semana que viene arrancará con ejercicios en la pileta para no perder masa muscular. Esta cuenta regresiva tiene 40 palitos para tachar, pero en River hay optimismo para el volante pueda volver unos días antes y, así, llegar bien al superclásico. Sí, un partido que se juega con la sangre...

Fuente: Diario Olé