4/11/09

El apoyo del equipo

Ese mismo jugador que volvió efímeramente de un retiro de cuatro años se transformó en el líbero del equipo. No por la función defensiva que ocupó en algunos tramos del campeonato sino por el papel que adoptó para barrer todas las pelotas que quedan picando en la realidad de River. Tan importante es su rol dentro del grupo que Astrada lo llevará al partido con Newell's a pesar de que no podrá estar por haber sido suspendido. El Pelado, por cierto, sabe que Rosario siempre estuvo cerca.

Almeyda venía esquivando la quinta amarilla que finalmente recibió contra Lanús. El próximo fin de semana podría gozar de su licencia. Pero no.

La ascendencia del Pelado fue creciendo en proporción a sus rendimientos. Desde que ingresó aquellos minutos contra Chacarita dejó en evidencia que estaba más para la Primera de River que para el Super 8 o el Showbol. Se transformó en el mejor jugador de River del torneo. Y esto le dio la confianza como para involucrarse en otros menesteres ajenos al propio juego. Fue el que participó de los encuentros con Gorosito para apuntalar su ciclo, el que les exigió compromiso a algunos de sus compañeros, el que no quiso ir a cobrar hasta festejar un triunfo. Y, claro, el que jugó de cinco, de líbero, de segundo marcador central, de capitán... También es el técnico del mediocampo, un dirigente, un referente y una voz más que autorizada.

Almeyda es hoy a River lo que Verón a Estudiantes. Su última intervención se vio en el caso Ortega. Fue quien trató de contenerlo en sus momentos más críticos y después le terminó acercando el nombre del profesional que empezará a tratarlo por su adicción al alcohol.

Su contrato tiene un punto que le da la licencia a River de prescindir de sus servicios en diciembre de este año. Pero si su presencia es indispensable hasta cuando no puede jugar, todo indica que habrá Almeyda para rato.

Fuente: Diario Olé

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