10/4/11

Cien años de voluntad

Matías Jesús Almeyda. Su historia merecía un capítulo más. El hombre que dejó el fútbol por cuatro años, se reinventó, se hizo de abajo y volvió a su primer amor a darse el gusto de su vida. El León Almeyda, melena al viento, asustando rivales, agrandando compañeros, comiéndose la cancha, visible por todos desde cualquier rincón de la cancha, imponente, Monumental. Hace unos días comparábamos a Almeyda-Acevedo con una dupla que hizo historia, Jota Jota y Mostaza. Después de la voluptuosa demostración de anoche, habría que preguntarle: Pelado, ¿cuántos pulmones tenés? Acercándose a los 38 años, tira la cédula al tacho en la cancha: señores, fue un error, lo anotaron antes. Es imposible que un tipo de esa edad corra así, tiene sus dos pulmones y el que le faltaba al querido Mostaza. El grito hasta la locura de un gol que se ve venir, se ve venir, tiene que ser, pero puede fallar y que resolvió genial Pavone en su regreso triunfal, hizo feliz a una hinchada que no quiere despertar de este sueño de estar peleando el campeonato, de ser (¿lo digo o no lo digo?)... de estar de traje en la tabla cuando el grito de la moda indicaba mameluco. La tercera pata de esta victoria clave, necesaria, paradójicamente son manos: Carrizo transmite cosas fuertes. Desde el Pato Fillol que no siento esta seguridad futbolística y fundamentalmente psicológica de un arquero, que disculpe el gran Nery Pumpido y tal vez algún otro. Nos rompimos las palmas por Lamela, ojalá se quede para siempre, aporta el brillo y la cuna de River en un equipo que hace mérito para ganarse el corazón de la gente. Tanto transpirar la camiseta, tanta conciencia para sumar puntos, esta onda positiva en la que una victoria llama a otra victoria y que sumadas dan confianza para jugar mejor, merecen recompensa. Este es el camino. Y si alguna vez tienen dudas, cierren los ojos y sigan a Almeyda.

Fuente: Diario Olé

No hay comentarios:

Publicar un comentario