- Cómo estás, Matías?
-Todo bien.
-¿Y? ¿Qué opinas de este nuevo campeonato que empezará el año que viene?
-Dame un par de días para pensarlo, je.
El Pelado Almeyda primero se excusa porque, como todo el ambiente del fútbol argentino, todavía no cae, está sorprendido con el cambio radical de los torneos y la inédita unión de categorías. Aunque instantes después, el técnico de River se prende en un breve diálogo con Olé en el final de la práctica matutina en el club Kimberley y deja sus primeras impresiones. “A nosotros no nos cambia el objetivo: tenemos que salir campeones igual”.
-Bueno, pero la exigencia no va a ser la misma porque River no va a tener la obligación de ascender.
-Nosotros tenemos la obligación de ganar siempre porque estamos en River. Y si al primero de la B Nacional lo van a premiar con jugar la Copa, tenemos que apuntar a eso. Lástima que a esto no lo hicieron antes... Pero ya está.
Almeyda convive con las mismas sensaciones ambiguas que invaden a todo River desde ayer. Por un lado, el alivio de haber vuelto a Primera en menos de un mes (ayer se cumplieron 30 días del fatídico 26 de junio). Por el otro, una mezcla de bronca e impotencia porque River fue la última víctima del sistema de promedios y sufrió la peor humillación de su historia justo en la temporada previa a esta sustancial modificación de los torneos. Ese “lástima que no lo hicieron antes” no encierra excusas, pero sí un profundo lamento.
En la noche del lunes, cuerpo técnico y jugadores se fueron enterando de lo que pasaba en Ezeiza mediante la televisión. La ficha les irá cayendo con el paso de los días. Por el momento, más allá de que esta decisión de la AFA les saca una pesada mochila de encima, a la vez fue un duro golpe a la motivación que tenía el grupo por conseguir el objetivo de volver a Primera. Ese inmenso desafío que asumió con tantas ganas Almeyda y que generó que estrellas como Cavenaghi y el Chori Domínguez resignaran dinero por gloria, ya no tiene el mismo incentivo. Esos sueños se desvanecieron por “decreto” y entonces a nadie termina de caerle bien en Núñez.
Algo similar les pasa a los dirigentes, que hicieron un enorme esfuerzo para armar un equipo con refuerzos de alta categoría y sienten que este cambio quedará como otra mancha en la historia, “porque mucha gente piensa que se hizo para beneficiar a River, y se olvida de cómo nos perjudicó Pezzotta en el último partido de la Promoción”, dicen. Por eso, ellos piensan igual que Almeyda: “Tenemos que marcar diferencias este año en la B Nacional para demostrar que River hubiera ascendido más allá de esta modificación. Hay que ganar el campeonato”.
Tal vez, lo único que varíe sean las palabras y no el objetivo. Lo que sí cambió, definitivamente, es la historia. Porque en cuestión de horas en River se dejó de hablar de la urgencia por ascender a Primera para volver a mencionar el tradicional (y oxidado) mandato de salir campeón.
Fuente: Diario Olé