La pretemporada de River en Chapadmalal, encabezada por Matías Almeyda y su cuerpo técnico, ya muestra rasgos bien definidos. Por un lado, el trabajo y la seriedad para encararlo, hasta con jornadas de triple turno bajo condiciones climáticas bastante desfavorables. Por el otro, aunque suene una frase repetida, la unión del grupo. El bautismo de fuego de los pibes, las sonrisas a pesar del frío, la ilusión con la llegada de Cavenaghi y el Chori Domínguez, ídolos.
El primer turno de este jueves implicó trabajos en el gimnasio del balneario del RTC, y después, en lugar de viajar hasta el predio de Kimberley en Mar del Plata, como estaba previsto, el entrenamiento se realizó en el Polideportivo de Chapadmalal. Nuevamente, el plantel realizó movimientos físicos, separados por puestos, y la pelota aparecerá recién en el turno de la tarde. Poner a punto a los jugadores y después darle rodaje es la idea de Almeyda. El primer amistoso será este sábado, en el Minella, ante Unión de Mar del Plata.
La pretemporada viene dura, pero todos en River saben que es necesaria para cumplir el objetivo: regresar a Primera el año próximo. Pero además, Almeyda es el primer trabajador, el que da el ejemplo. El micro volvió al hotel con los jugadores per el Pelado, seguido por su cuerpo técnico, decidió regresar al trote. Rodeados de hinchas todo el camino, llegaron después que el resto, algo cansados, pero con sonrisas en las caras. El Pelado pasó de capitán a timonel, pero no piensa abandonar el barco.
Fuente: Diario Olé
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