Con nuevo presidente, dos victorias consecutivas y una mejor cara de cómo había empezado este semestre. Así terminó el River de Leonardo Astrada su campaña 2009, tras derrotar como visitante 2 a 0 a Tigre. Enfrente, el aire era de despedida: el Matador se despidió de su emblemático técnico, Diego Cagna, quien renunció luego de llevar al equipo del ascenso a una jugar una final por el torneo local.
En el partido no se jugaban nada más que tres puntos y la intención de llegar a las fiestas con algún buen motivo para brindar. Eso encontró River, en medio del caos futbolístico e institucional que viene atravesando durante los últimos años de la gestión de José María Aguilar, donde por primera vez en décadas se volvió a hablar de la posibilidad de descenso.
El Millonario jugó a lo que venía haciendo en los últimos partidos. Esto es, formar un bloque defensivo rígido –hoy apoyado en un buen partido de Facundo Quiroga y el infalible Matías Almeyda-, insistir con un poco inspirado Ariel Ortega y acudir, en cada jugada, al superlativo nivel que viene teniendo Diego Buonanotte, quien coronó una soberbia actuación a pura gambeta con un golazo de tiro libre con aires maradonianos.
La sorpresa había llegado en el primer tiempo. Tras 47 minutos de muchas intenciones y poca concreción, apareció en tiempo adicionado –o recuperado, según Fútbol para Todos- un centro llovido desde la derecha de Diego Barrado que con un fino cabezazo convirtió en gol Rogelio Funes Mori, un juvenil de 18 años que desde la sombras se hizo cargo de ese puesto que no tuvo dueño desde la ida de Radamel Falcao, el de centrodelantero.
En el segundo tiempo River siguió siendo el dueño del partido, manejando muy bien la pelota y alejando el peligro de Daniel Vega, que –como siempre- respondió sin errores a cada acercamiento de Tigre. A los 13 Buonanotte clavó un zurdazo al ángulo y selló la historia.
Fuente: criticadigital.com
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