River Plate igualó su peor registro histórico sin victorias de visitante al caer 1-0 ante Arsenal en Sarandí, situación que no se repetía desde 1978 cuando Angel Amadeo Labruna dirigía a los millonarios.
Arsenal, sin hacer demasiado esfuerzo, alcanzó el gol a los nueve minutos de la primera etapa mediante un penal ejecutado por Cristian Alvarez a la derecha de Nicolás Navarro.
River lució apagado, anodino, sin ideas y se retiró del Estadio Julio Humberto Grondona insultado por sus simpatizantes, con un claro pedido para que Néstor Gorosito se marche de la conducción técnica.
Arsenal fue claramente superior a River en la primera etapa y sobre todo en los minutos iniciales. Volcó su juego por las bandas y fueron justamente las escaladas de Alvarez sobre el sector derecho las que desnudaron las falencias defensivas del conjunto visitante y que le permitieron a los dirigidos por Jorge Burruchaga abrir el marcador.
Una jugada que comenzó sobre ese costado y un pase en profundidad al uruguayo Alexander Medina marcaron el primer paso. Luego Maximiliano Coronel bajó al delantero y Cristian Faraoni no dudó en sancionar la pena máxima, que Alvarez cambió por gol al colocar la pelota a la derecha del arquero millonario.
Poco pudo hacer River en esa mitad. Sólo tuvo intentos aislados de sus conductores Ariel Ortega y Diego Buonanotte. Pasado el cuarto de hora el conjunto local pudo ampliar la diferencia: un tiro libre desde la derecha de Alvarez encontró ubicado en inmejorable posición a Aníbal Matellán, quien de cabeza mandó la pelota apenas desviada junto al palo izquierdo de Navarro.
River se acercó con dos jugadas sobre el final de la etapa. Primero probó Buonanotte desde larga distancia, luego lo hizo Matías Abelairas con un tiro libre cerca del área que fue a las manos de Cristian Campestrini.
Un evidente cambio de actitud fue el que mostró el equipo de Gorosito en la segunda etapa, pero, está claro, no alcanzó para vulnerar la valla de Campestrini.
Sin ideas y con evidentes desacoples defensivos River no pudo con un Arsenal que, en el complemento, se replegó y apostó decididamente a la velocidad de Franco Jara para la contra.
A lo largo de los segundos 45 minutos no hubo ni una sóla jugada clara para ninguno de los dos equipos, a pesar de que la visita manejó la pelota. Sobre el final llegarían los insultos para los jugadores millonarios y en especial para su entrenador.
Fuente: Infobae
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