23/10/09

"El que tenga miedo que ni vaya a la cancha"

¿Cómo terminás los partidos?

-Bien, pero al otro día me duele todo. Igual, acá me tratan como a una princesa, ja. Los kinesiólogos, los profes, todos... Vengo una hora antes, me hacen masajes, me quedo una hora después, me meto al hielo... El resto del entrenamiento lo hago a la par de mis compañeros.

-Cuatro años parado es mucho tiempo...

-Y yo no me entrené más... Una vez por semana con el Showbol, era un partido de una hora. Ni salía a correr porque me lesionaba. Cuando dejás de jugar, perdés la masa muscular. Y yo había tenido muchas lesiones y al achicarse la masa muscular esas cicatrices se resentían fácilmente. Pero creo que pasa todo por la cabeza.

-¿Y por la tuya pasaba volver tan bien?

-No. Yo creía en mis condiciones, en lo que podía aportar, aunque no había pensado en jugar tanto. Yo quería ser parte de este grupo, terminar mi carrera en River. Se fue dando, pero igualmente mis ganas van a ser las mismas desde adentro o afuera.

-¿Te sorprendiste?

-Desde que acepté volver a River estoy haciendo una vida profesional que nunca hice: cuidándome en las comidas, descansando a la tarde, durmiéndome temprano, no comiendo carne porque sé que me hace mal a los tendones, a los músculos... Este es mi último esfuerzo, la etapa final de mi carrera en el fútbol, y la quiero disfrutar, no sufrir. Antes hacía la vida de cualquier persona. Si me podía comer cinco asados, me los comía. Hoy no. Conozco mi cuerpo y sé lo que tengo que hacer.

-¿Y dejaste de fumar?

-No, fumo menos, ja.

-¿No te perjudica eso?

-No es lo ideal. No se puede hacer deporte y fumar, es una de las cosas malas que hice en mi carrera deportiva, pero bueno...

-Francescoli reconoció que siempre fumó dos o tres cigarrillos por día. ¿Vos? ¿Cuántos?

-Y, cuatro o cinco, ja.

-Simeone dijo que si concentraba con vos había que ventilar la pieza.

-Claro, era Londres, ja. Pero la verdad es que se siente, es mentira que no se siente. Yo creo que si no hubiese fumado toda mi vida, hoy estaría mejor.

-¿Estuviste a punto de formar parte del cuerpo técnico del Cholo?

-Sí, cuando agarró Racing me llamó, pero yo tenía más dudas... No estaba ni para ser técnico ni jugador, no estaba bien.

-¿Es cierto que grabás y analizás los partidos?

-Lo hago para mí, para disfrutar y ser más profesional. Todo lo que hago ahora no lo hice nunca en mi carrera. Por ahí lo tendría que haber hecho y hubiese mejorado muchas cosas.

-¿Qué mirás?

-Voy viendo cómo es el rival. Yo estuve mucho tiempo lejos del fútbol y por ahí me los cruzo en la calle y no los conozco, es la realidad. Lo hago para estar en sintonía y ver las características de ellos, porque ha cambiado el fútbol, los jugadores, y todo eso sirve.

-¿Grabás todo?

-Tengo los partidos de River y los otros, también. Los de River los uso para ver en qué fallamos. Y con los otros digamos que estoy haciendo un trabajo a futuro, ja.

-¿Y qué ves al verte?

-Y, es difícil hablar de uno. Sabiendo el tiempo que estuve afuera, sabiendo cómo vivía, digo que estoy bien. Pero es difícil. Los errores que cometo, no los quiero decir, ja.

-¿Estás haciendo el curso de técnico?

-Sí.

-¿Y para cuándo?

-El día que deje de jugar.

-¿Y para cuándo?

-No sé. Firmé contrato por un año pero les di la chance a los dirigentes de que, si ellos quieren, en diciembre me voy. Y quiero ver cómo llego a esa fecha.

-¿Cómo jugaría un equipo de Almeyda?

-Con un 4-3-1-2, haciendo mucho hincapié en los relevos, en llegar en ofensiva con mucha gente, sabiendo que la vuelta tiene que ser más rápida que la ida. Me gustaría presionar, por supuesto. Y cuando tengamos la pelota, que el equipo juegue. Pero la idea es una cosa y llevarlo a la cancha es otra. Las palabras son todas lindas.

-¿Y cuándo te cayó la ficha de ser técnico?

-Hace un año, más o menos, cuando empecé a sufrir al darme cuenta de que estaba lejos del fútbol. Como representante no me veo. He ayudado a pibes a ir a otros países, sin intenciones de ganar dinero. Pero me veo más del lado de adentro. Me gusta. Me lo preguntabas hace cinco años y te decía "ni loco". Ahora lo veo más de cerca, lo vivo, sé que mi vida está con el fútbol.

-¿Hablás con Ortega y Gallardo sobre cómo sacar adelante a River?

-Hablamos entre todo el plantel. Apoyamos a los más jóvenes, contamos las historias que pasamos nosotros. Que lo mejor es estar todos unidos. Y lo estamos logrando. Hay un buen plantel, así que eso nos va a llevar a salir.

-¿Te sentís líder?

-Me siento como alguien con más experiencia, por una cuestión de edad y de vivencias. Pero líder, no.

-¿Pero te respetan?

-Como yo los respeto a ellos. Hay un gran problema de los futbolistas que es creerse estar tres escalones más arriba que el resto de la gente. Y yo siempre estuve en contra de eso. O porque yo tengo 35 años, venir y forrear a un pibe de 20. Pero no, le daría un consejo sano o una crítica constructiva por lo que viví. No con la idea de que esto se hace así porque yo lo digo. No. Nadie sabe nada. Y todos los días tenemos algo que aprender. Cuando fui pibe tuve gente que hizo lo mismo y yo fui inteligente en seguir esa línea. Y hoy trato de aconsejarlos, explicarles que en el fútbol hay un millón de chantas. Pero líderes no creo que haya. Yo creo en Dios. Y no puedo creer en líderes. La palabra líder es creerse que estás arriba de una cantidad de personas y, ahí, ya sos un soberbio.

-¿Quizá la definición no sea líder sino referente?

-Sí, yo lo denominaría como una especie de consejero. Pero somos todos iguales. Fuera de la cancha, no existen los líderes.

-¿En cuánto te ayudó la psicología?

-Mucho. Me ayudó a pensar. Yo siempre actúe por instinto, una especie de animal terrestre. Y me llevó a tomar decisiones, a cometer errores, pero como a mí siempre me gustó ser así, traté de buscar un equilibrio. Tratar de ser más pensante, no tan explosivo, sin dejar de ser sincero. Y la terapia me abrió la cabeza en muchos aspectos... Todos estamos para el psicólogo.

-¿Hace cuánto que vas?

-Cinco meses. Había empezado, dejé, ahora estoy con una psicóloga, Dolores, que me hace muy bien. Voy los martes y los jueves. Me cambió la vida. Antes me miraba al espejo y no era yo, no me bancaba ni yo mismo, tenía ataques de pánico y una depresión tremenda. Había perdido los sueños y hoy sueño todos los días con el domingo: cómo voy a entrar, cómo voy a trabar la primera pelota, cómo va a ser la reacción de la gente.

-¿Creés que se puede aplicar a un plantel?

-Sí, tendría que estar. Pero no sólo en un plantel profesional. Porque los cambios que sufrís son grandes: a los 15 años pasás a ser un hombre porque vivís solo. Y vas de la alegría a la tristeza y de la fama a que te ignoren. Y a los 35 años sos un jubilado. Y está a quien le fue bien y se enloquece porque está al pedo todo el día, y quien enloquece porque está mal y no sabe hacer otra cosa que jugar al fútbol. Nadie se preocupa por la persona. Y terminamos todos tocados, es la realidad. Y los que más pagan esto son tus hijos, tu esposa, tus padres, que son los que más sufren las locuras nuestras que no ve el resto de la gente.

-¿Qué dicen tu mujer y tus hijas de esta vuelta?

-Están contentas. El otro día la más grande fue a la cancha y le llamó la atención cómo se insulta. Me dijo: "No quiero que juegues porque te van a insultar, quiero que juegues en Fénix", porque había ido una o dos veces y es otro ambiente, ja. Pero yo le dije: "Quedate tranquila que acá a mí no me putean, ja". Son chicas y son nenas (Sofía tiene ocho años; Azul, seis y Serena, tres). Casi ni vivieron mi época de fútbol. Ahora pueden ver de qué trabajo, ja.

-¿Cómo ves a los más pibes del plantel?

-Como jugadores de otra época: humildes, que quieren mejorar, que no están en la pavada. Por eso creo que van a llegar a ser grandes jugadores.

-¿Y vos te sentís como cuando tenías 17 años?

-Naaa. Yo me siento de 35, disfrutando.

-¿Te copás con la Play?

-Nooo. Yo soy del mate, de hablar, de escuchar música. Este plantel, en general, tampoco está con la Play. Es un grupo que no quiere ser de esta época, que habla de fútbol y por eso le tengo fe.

-Dijiste que todos los días soñás con el domingo y el que viene debe ser especial.

-Los superclásicos son especiales. Lo espero porque necesitamos el triunfo como aire para respirar.

-¿Hay algún miedo?

-El que tenga miedo que ni vaya a la cancha.

-¿Sirve ir de punto?

-Pero ellos no llegan mejor que nosotros. Boca tiene más puntos pero no juega mejor. Nosotros creamos más situaciones que ellos y no las concretamos y ellos tienen errores defensivos como nosotros pero no les convierten tanto. Nos vamos a sacar chispas.

-¿Preferís marcar a Riquelme o a Palermo?

-Tengo un gran respeto por los dos. A Román no hay que dejarlo pensar y Martín es Martín. Aunque Palermo llega con la nariz un poco sensible, ¿no? Ja.

Fuente: Diario Olé

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